lunes, 14 de diciembre de 2009

A los trece

La película narra una historia de desarraigo familiar en la que el padre no asume sus papeles y la madre es demasiado tolerante, salpimentada por una amistad que se confunde con la adoración, y en la que la curiosidad se confunde con la falta de criterio y la independencia con el egoísmo.

Se describen comportamientos que se pueden asociar a la rebeldía típica de la adolescencia, la búsqueda de un lugar en el grupo, la falta de interés por el futuro y un estilo de vida hedonista. Pero también se hace referencia a otros trastornos mucho más graves, que no deben mezclarse, porque no responden a un cambio de actitud debido a la formación de la personalidad, sino a manifestaciones de una enfermedad y no del carácter adolescente. Y sería un error confundirlos. Una persona no se autolesiona sólo porque no note el cariño de su padre, sino porque tiene un problema de salud; parece que todos estos aspectos se han tratado en la película de una forma muy frívola y superficial.

Durante la adolescencia es clave la necesidad de ser “uno más del grupo” y de ser aceptado. Es una época de autoconocimiento, de búsqueda del yo, y del lugar que se desea tener en la vida.
Asimismo, en la película se reflexiona sobre temas que afectan a muchos de los adolescentes occidentales, como son la poderosa influencia de la moda, la tiranía de la belleza, la tentación de la droga como vía de escape de una vida con pocas alternativas de futuro… Cabe decir que estos problemas están más presentes en la sociedad estadounidense que en la española, e incluso la europea, pero, por desgracia, es el espejo en el que se miran, y todos los indicios muestran una tendencia futura a su repetición. Pero para evitarlo debemos creer que el cambio es posible. Y films como este nos ayudan a plantearnos qué futuro queremos no solo para nosotros, sino para nuestra descendencia. La adolescencia es una etapa tan contradictoria como compleja, y se puede vivir de muchas maneras. Esta es solo la peor y más tremendista de ellas.
Es cierto que no se puede generalizar, que no todos los adolescentes se comportan de ese modo, pero sirve esta película como referente de lo que no queremos.
Actualmente se ha pasado, en pocos años, de un exceso de reglamentación y obediencia familiar a un defecto claro. Los padres deben ser educadores de sus hijos y ejercer como tal, no como amigos de los hijos. En esto también influye el sistema económico actual en el que hay que trabajar mucho para consumir mucho, no dejando apenas espacio para la vida familiar.
Por ello, otro error en el que no se debe caer es creer completamente en la sociedad globalizada. Es cierto que se están uniformando muchos aspectos de nuestras sociedades occidentales, pero aún hay grandes diferencias entre unos grupos y otros. Pues como ya hemos dicho, la sociedad estadounidense no es comparable al cien por cien a la europea. Así como dentro de Estados Unidos se pueden encontrar muchas diferencias e igualmente dentro de Europa.
Esta película podría presentar lo que a veces de denomina la primera adolescencia, periodo en el que se producen la mayor parte de los cambios físicos y biológicos que se mantienen hasta la vida adulta. Los adolescentes se caracterizan por una búsqueda mayor de la libertad, de escapar de lo que se considera el control de los padres. Igualmente, se desarrollan los procesos de pensamiento y la habilidad de búsqueda de soluciones, y se cambian los contextos sociales y los roles en estos contextos. Pero desde luego no están apareciendo comportamientos morales meditados ni asumidos como propios por el individuo, ni aumento de las responsabilidades que se quieran asumir.
De acuerdo con el modelo de ajuste persona-contexto, los adolescentes provocan reacciones en su entorno como consecuencia de los cambios que sufren y el contexto social contribuye al desarrollo individual por el feedback que proporciona al adolescente.

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